Infinidad de posibilidades. Así comenzaría a describir lo que este nuevo mundo ofrece. La imaginación no llega, ni de cerca, a alcanzar la infinidad de posibilidades, capacidades y oportunidades que una persona puede alcanzar en esta hermosa y novedosa tierra. Todas las opiniones, ideas o pensamientos que tu mente haya ido creando acerca de este continente quedan muy cortas ante una realidad que te pega de cara nada más llegar. Cuánto, qué, dónde o cómo, son cuestiones que no importan una vez llegas. Una vez llegas, descubres que sólo tú pones el techo, que sólo tú pones las limitaciones. Australia no te regala nada. Australia te enseña a vivir. Australia te hace crecer tanto como quieras crecer, mejorar tanto como quieras mejorar. Australia te enseña que siendo honesto, trabajador, luchador o emprendedor, podrás conseguir aquello que te propongas. Si quieres puedes, pero tienes que querer.
Para describir mi estancia en Melbourne y Australia en general, tendría que invertir miles de folios que os aburrirían, porque las anécdotas, viajes y vivencias se cuentan por cientos. Las playas, montañas, paisajes, animales o fauna que podemos encontrar son realmente espectaculares e indescriptibles. El clima de casi toda la zona este es realmente bueno durante todas las épocas del año. Las actividades y eventos deportivos que abarcan Australia son de los mejores del mundo, siendo el amor por el deporte uno de los patrones que definen a los australianos. El surf, footy, rugby, cricket, soccer o tenis, con solo alguno de los cientos de deportes que ellos practican y que te envuelven en una atmosfera deportiva y social sencillamente única en el mundo.
¿Por qué Australia? Por oportunidades, por trabajo, por su gente, por el aprendizaje o perfeccionamiento de otro idioma, por la sociedad, por el deporte, por la cultura, por la naturaleza, por todo eso y mucho más, Australia merece la pena.
De verdad os lo recomiendo, no os dejará indiferentes.