Emilia Markovic, una argentina residente en España ha viajado a Australia 6 meses con la ayuda de Go Study Australia para estudiar y trabajar en Gold Coast. Emilia nos cuenta en esta ocasión su 1º contacto con el surf en Australia, y cómo poco a poco se ha ido enamorando de este deporte:
El primer día de surf fui con toda la ilusión y la adrenalina a flor de piel, parecía una niña pequeña el día en que llegan los reyes magos y aunque mi parte más racional sabía que no cogería olas ni el primer, ni el segundo día, solo me imaginaba surfeando a lo grande. Suena absurdo pero así es! Supongo que es la esencia del ser humano (o mi debilidad): soñar despierta.
Tanto el primer día, como las siguientes semanas practiqué los pasos para ponerme de pie en un longboard, como su nombre indica es largo, que digo largo….larguísimo y ancho parece una tabla de paddle surf y lo hice en la espuma de las olas y aunque desde fuera parece que un niño pequeño pudiera hacerlo, no es fácil os lo aseguro. Pero desde el primer intento es súper divertido. Cada intento es un nuevo desafío para mí y ¿ A quién no le gustan los desafíos? A mí me encantan!!!
La verdad es que disfruto de cada ola, del sol, de estar flotando en mi tabla esperando la siguiente ola mirando el cielo australiano y nunca siento frío, básicamente porque no paro a pensar en ello, simplemente me concentro en la ola que vendrá y en intentar ponerme de pie. Es una excelente terapia, es como resetear mi mente. El hecho de pensar sólo en lo que estoy haciendo y olvidarme de todo es terapéutico. Cuando estoy en el agua con mi tabla, el tiempo se me pasa volando y me siento libre de todo!. Salgo del mar con buen humor, sensación de satisfacción y siempre con ganas de más!. De hecho salgo del agua porque debo trabajar o estudiar nunca porque ya no tenga ganas de intentarlo!
A las dos semanas aproximadamente, llegó el gran cambio, dejar el longboard y pasar a una tabla pequeña. Compre mi propia tabla, aquí a comparación de otros países son muy baratas, compre una 6.0 por 299 dolares (210 euros), relación calidad precio está muy bien, sobre todo cuando eres una novata. Según el profesor y los que saben del tema (amigos de la escuela que hace años que surfean, otros profes, etc) para mi primer año tengo de sobras. Literalmente me han dicho: “Sufrirás 3 semanas y luego, la amarás”.
El cambio de tabla es duro! los primeras semanas con tu nueva tabla no logras ponerte de pie, ni tan solo controlar la tabla. Mi primer día con ella, fue un día de oleaje muy fuerte con olas (Orilleras: rompen muy cerca de la orilla y es peligrosa por colisiones contra el fondo) me fue difícil hasta pasar la rompiente y pero me sirvió para practicar de remar mucho y poner fuerte mis brazos, algo indispensable en este deporte. Ese día no lo voy a negar estaba ofuscada, daba la sensación que había retrocedido mil pasos en el aprendizaje, pero el siguiente día fue un día genial en el sitio que más me gusta surfear (intentarlo) de los que he probado el sitio se llama Spit y queda en Southport. Cabe aclarar que ya no me valen los pasos que realizaba con el longboard para ponerme de pie (4 pasos) debo ahora reducirlos a 2 porque la tabla es demasiado corta y no da tiempo.
Cada vez estoy más enganchada, reconozco que siempre me han gustado los deportes y el que más la natación, y el mar siempre me ha gustado, pero esto es diferente. No se cómo explicarlo es una extraña sensación porque ahora cuando pasa un día sin meterme al mar siento que hace semanas que no lo hago y lo echo de mnos. Podría animarme a decir que es adictivo. Sobre todo en un sitio donde es deporte nacional, donde cada día es un buen día para surfear (o intentarlo).
Cada vez me voy interesando más, quiero saber donde estarán las mejores olas para principiantes mañana, por tanto estoy aprendiendo a leer los reportes de olas y surf en general, que velocidad del viento es la más adecuada etc. Y aunque aún no he surfeado mi primera ola, me confieso enamorada de esta actividad!.