No hace falta que dedique mucho tiempo a explicar los motivos por lo que decidí irme a Australia y vivir mi sueño; el de tener una experiencia en la Antípodas, conocer ese maravilloso país, su cultura, etc... Porque, posiblemente, si estás leyendo esto, es porque opinas igual que yo.
Sin embargo, una vez tienes mentalizada y casi “materializada” la idea de irte.... llega la pregunta de ¿qué destino elijo para vivir esta experiencia? por lo menos, como la primera parada. Eliges ¿ciudad o pueblo?, ¿ciudades grandes y cosmopolitas como Sídney o Melbourne; pueblecitos costeros como Noosa o Byron Bay, o ciudades más tranquilas y alejadas como Perth? Hay tantas opciones para elegir que finalmente decides dejar guiarte por amigos y conocidos que habían ido o viven allí. Yo lo único que tenía claro, como valenciana, era que quería un sitio parecido a mi ciudad, con un buen clima, no muy grande, pero tampoco que fuese muy pequeño; y sobretodo que tuviese medios y posibilidades de viajar por el país. Fue una amiga la que llamó mi atención cuando me dijo: Ves a Brisbane, ¡es la Valencia Australiana! Me resultó un tanto chocante esta comparativa, ya que Australia es muy diferente a España en muchos aspectos. Sin embargo, empecé a informarme acerca de esa ciudad y encontré bastantes puntos en común con mi ciudad natal.
A modo de información general, Brisbane es la tercera ciudad más importante de Australia, después de Sídney y Melbourne. Está situada en la costa este del país. Tiene 20ºC de temperatura media anual. Es uno de los destinos más elegidos por los jóvenes estudiantes, tanto australianos como de otros países. Tiene un coste de vida menor a las ciudades grandes y tiene mucho ambiente todos los días de la semana. Además es un destino que te permite disfrutar durante los fines de semana de sitios únicos como Whitsunday Islands, Noosa, Byron Bay, Gold Coast, etc...
Así pues, con toda esta información y sobre todo con la ilusión de poder estar ya en las Antípodas cumpliendo mi sueño, decidí que mi destino sería Brisbane y comprobar por mí misma si ciertamente era la “Valencia Australiana”.
De esto hace ya dos años. Ahora, terminando prácticamente el 2013 y habiendo vivido un año en Brisbane, viendo las diferentes caras de la ciudad, recorriéndomela de norte a sur, viviendo de primera mano su cultura, costumbres, su gente,... puedo decir que encontré sus similitudes con Valencia, mi ciudad natal. Sin embargo, no tendría nada de interés ni valor que yo os las contase; mejor descubrirlas por vosotros mismos.