Sigue la aventura de Laura en Sydney. Esta vez toca el cuarto capítulo de su diario a bordo, con las increíbles vistas que se pueden apreciar en las Blue Mountains y el primer encuentro con koalas.
Un paseo por Manly Beach y muchas más aventuras que nos sigue contando Laura, ¡la mejor embajadora de Go Study Australia en Sydney!
Tercer fin de semana en Sydney y empieza una nueva aventura. Como bien sabéis, durante la semana estoy a full de clases y los mejores días para aprovechar al máximo son sábado y domingo. ¡No hay descanso! El sábado me desperté bien temprano porque tenía pensado ir a Taronga Zoo; tenía que coger un ferry en Circular Quay, así que me puse en marcha tan pronto como pude. Cogí el ferry (recomendadísimo por cierto, porque las vistas cuando te vas alejando de la bahía son súper bonitas). La verdad es que yo no soy mucho de zoos, pero estaba claro que si había venido hasta aquí tenía que ver los koalas, y no es nada fácil verlos en libertad.
Una vez que llegué al zoo me subí en un pequeño teleférico que tienen allí para empezar viéndolo desde arriba y después ir bajando. Recalco que, sin ser de mi agrado, el zoo estuvo bastante bien. Está super bien ambientado, creo que lo más cercano posible al hábitat natural de los animales y el trato hacia ellos es fantástico.
Tienen una cantidad de animales inmensa, procedentes de todas las partes del mundo, pero yo quería asegurarme de descubrir bien la fauna australiana. Una vez más pude ver canguros, koalas, emús, wombats y una serie de animalillos súper graciosos que había por allí. Además, tienen una serie de charlas que están bastante entretenidas donde te van contando el estilo de vida de los animales, lo que comen, cómo los cuidan, etc. Y un par de espectáculos con pájaros y focas. Lo realmente genial del zoo son las vistas, pues al estar situado en una colina cercana a la bahía se ven perfectamente los rascacielos de la ciudad, junto a la Ópera House y Harbour Bridge. Una vez que acabé de ver el zoológico me dispuse a coger el ferry de vuelta, coincidiendo con la puesta de Sol, otra vez maravillosa.
Al día siguiente, había quedado con un compañero de clase para ir a las Blue Mountains, por lo que también tocaba madrugar. Cogimos, esa mañana, un tren hacia Katoomba que nos dejaría cerca de las famosas “Three Sisters”. Las Three Sisters son tres pequeñas montañas de roca que, cuenta la leyenda, fueron tres hermanas pertenecientes a una tribu que se enamoraron de tres hombres de la tribu vecina. El matrimonio fue prohibido por la ley y el anciano de la tribu contraria las convirtió en rocas para evitarlo. Y no solo son las Three Sisters, cuando estás allí puedes pasar horas mirando al horizonte, azul, lejano y relajante. Es terapéutico. Una vez que terminamos allí, fuimos hasta las Katoomba waterfalls, de las que nos habían hablado maravillas. Y la verdad es que no se habían equivocado porque el lugar estaba genial. Caminamos durante 2-3 horas adentrados en el bosque de eucaliptos y disfrutamos de un día rodeados de naturaleza y desconectados del mundo exterior, ya que no teníamos ni cobertura. Acabamos tan cansados que a las 5, cuando empezaba a anochecer decidimos volvernos a Sydney.
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Al día siguiente aproveché que salí temprano de clase para irme hasta Manly Beach, una playa situada al norte de Sydney. El ambiente es muy similar al de todas las playas en Sydney, pero cada una de ellas tiene algo especial que las caracteriza. Pasé la tarde allí tranquila, probando los yogures helados que tan de moda están por aquí y cuando empezó a anochecer decidí volverme a casa. Y éste ha sido mi intenso fin de semana. Espero que estéis súper bien y estéis aprovechando al máximo el verano y el buen tiempo que, me dicen, hace por España.
Os mando un beso muuuy fuerte. ¡¡¡¡Nos vemos pronto!!!